"Dios envía una lluvia de sonrisas sobre tu vida, un manantial de perdón para vivir en feliz, un mar de bendiciones para compartirlas con otros, un río de paz para saciar tu sed y la nube de gloria para caminar seguro durante toda tu vida"

SE FUERTE

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Este mundo realmente es para los fuertes. Seguramente has escuchado esto “No te dejes vencer por el mal”. Esto está escrito en la Biblia (Romanos 12:21), y muchos pueden pensar que todo el “rollo” de la Biblia está enfocado para ancianitas de cabello cano o enfermos desahuciados; sin embargo la Biblia entera y este llamado en especial, trae una verdad tan grande que no hace acepción de personas.
Este es un llamado a ser valientes e íntegros en todo tiempo. Si eres joven imagínate que eres el héroe de una película de ficción, que tiene que sortear toda una serie de peligros para obtener el premio anhelado (una preciada espada, la corona del rey o la hija de éste). Hasta en las películas se respeta mucho la integridad del personaje principal, ya que no puede existir un héroe manipulable o sobornable. Si por el contrario quien lee esto es un hombre o una mujer que hace tiempo dejó de ser un mozuelo(a), deberán imaginar que son los mandatarios de alguna nación y que en sus manos está llevar a dicha nación hacia el progreso o hacia la ruina total, manteniendo pleno respeto por el derecho ajeno y la igualdad de las personas, pues es harto conocido el rechazo a los mandatarios opresores y déspotas ¡En fin! cada uno de nosotros puede ser el protagonista de su propia novela, y en ella tendrá que desarrollar una actitud acorde con el papel que desarrolla, llevando siempre por consigna: “No te dejes vencer por el mal”.
En la vida cotidiana esto implica no dejarse vencer por todo lo malo que nos rodea, implica no cerrar los ojos, ni dejarse llevar por la corriente. Implica, por ejemplo: no permitir que nuestras manos puedan levantarse contra nuestro prójimo, ni retener injustificadamente el jornal de nuestros trabajadores, ni cerrarse en puño ante la necesidad del menesteroso; significa no manchar nuestras manos con sangre inocente, ni guardar con ellas el dinero de un soborno. Significa no permitir que nuestros ojos se deslicen sobre la figura del cónyuge ajeno, o se deleiten mirando pasivamente la injusticia. “No te dejes vencer por el mal” significa, también, no permitir que nuestra boca se llene de mentiras nacidas en el corazón; o que de ella se eleven plegarias, pero también se salpiquen maldiciones o palabras soeces. Significa no permitir que nuestros pies sirvan para patear las ilusiones de otros, o que se dirijan raudamente y sin control hasta las telarañas que la degradación moral va sembrando en los rincones de oscuridad.
Por el contrario, se nos dice: “Vence al mal con el bien” lo que significa que donde veamos la necesidad desparramarse ante nuestros ojos, nuestras manos puedan alcanzar a alguien un pedazo de paz, o una caricia, o simplemente sostener una vida a punto de caer en la desesperanza. Significa que donde veamos la oscuridad, podamos encender una luz brillante; que donde veamos a los niños llorar sin consuelo, podamos llegarnos hasta ellos con el corazón abierto y los brazos extendidos; que donde oigamos que la gente se cansa de vivir, o que arranca de otro la vida, podamos nosotros impartir un trozo de nuestra vidas.
Este es un llamado que no distingue raza, sexo o condición social. Seamos fuerte siempre, porque este mundo lo conquistan los que resisten. Seamos una generación que se juegue cada día por la paz, que venza la adversidad con todo lo bueno que Dios ha puesto en nuestras manos y en nuestro corazón.

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Este blog ha sido creado para compartir experiencias de vida que puedan mostrarnos, de manera más clara, las cosas buenas que llevamos dentro y que algunos hasta hoy desconocen.
Te invito a conocer juntos todo el potencial que Dios ha puesto en tus manos, te sorprenderá llegar a saber que eres una persona con propósito, que no naciste por casualidad, sino que Dios diseñó para ti una vida abundante, para que la disfrutes tomado(a) de su mano.