"Dios envía una lluvia de sonrisas sobre tu vida, un manantial de perdón para vivir en feliz, un mar de bendiciones para compartirlas con otros, un río de paz para saciar tu sed y la nube de gloria para caminar seguro durante toda tu vida"

EL OLOR DE LOS RECUERDOS

En estos tiempos en que todo va muy deprisa, siempre resulta gratificante podernos dar un respiro para echar una miradita a aquellos momentos de nuestra vida, en donde todo parecía más fácil y sencillo, recrear aquellos gratos recuerdos que quedaron impresos en nuestro corazón. Por mi parte suelo recordarme sentada en la cocina esperando a que mi madre entibiara la leche, para remojar en ella las galletas de soda que ya estaban servidas en la mesa…¡y que eran sólo para mi¡. Recuerdo las tardes, cuando estábamos juntas, el pequeño cuarto no era impedimento para ser felices, para jugar con ella mis propios juegos, aquellos que iba creando en mi pequeña mente. Me recuerdo escuchando la radio, siempre con mamá al lado, recuerdo que escuchaba las voces de los locutores y en mi mente me imaginaba sus rostros redondos y bonachones, y otros con la nariz puntiaguda y el ceño fruncido, los imaginaba hablándome únicamente a mi, sin que en aquel tiempo pudiera entender mucho todo lo que decían

Recuerdo los concursos radiales que trasmitían sólo para escolares, con preguntas que casi nunca pude responder. Recuerdo el grato olor de aquellos tiempos, esa fragancia inconfundible de un hogar, pese a todo, feliz. Ese olor, que estoy segura, ningún niño jamás olvidará a lo largo de su vida, porque es el que se almacenará en la mente y en el corazón y el que más tarde se recreará en el propio hogar.
Sé que hoy tal vez las cosas no se vean muy claras para ti, sé que tal vez hoy estés necesitando un tiempo para reposar de esta vida tan agitada que llevamos, si es así échale un vistazo a los gratos recuerdos del ayer, cuando la familia en pleno se sentaba a la mesa para comer y para conversar de cosas tan importantes como sencillas, donde la comida se disfrutaba mucho más que ahora, aunque solo llevara tres ingredientes, donde lo único que importaba era que estábamos juntos. Cuando éramos niños y no había refugio más seguro que los brazos de nuestra madre o cuando nuestro padre tenía que encorvarse para poder recibir nuestras tiernas caricias. Échale una miradita, pero no para quedarte atrapado en el pasado, sino para empezar a creer que el futuro puede ser igual, que la familia que hoy estés a punto de formar tendrá aquel mismo olor a felicidad.
Los hijos estamos hechos para volar del nido, pero no para olvidar su calidez, tarde o temprano hallaremos también un lugar cálido donde colocar nuestros polluelos…¡ojala que también logremos sembrar buenos recuerdos en nuestros hijos!, para que la fragancia del amor pueda vencer el fétido olor que despide una niñez sin gratos recuerdos.

2 comentarios:

  1. Hola soy Soledad cualquiera que sea tu manera de cear es fabuloso.Yo tambien pienso y siento que la mujer es el eje de la vida

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  2. Gracias por tu visita, espero que vuelvas pronto, yo siempre me doy unas vueltitas por tu blog y por otros similares, es que me encantan.

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Gracias por tu comentarios, me alienta a seguir adelante. Dios te bendiga.

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Este blog ha sido creado para compartir experiencias de vida que puedan mostrarnos, de manera más clara, las cosas buenas que llevamos dentro y que algunos hasta hoy desconocen.
Te invito a conocer juntos todo el potencial que Dios ha puesto en tus manos, te sorprenderá llegar a saber que eres una persona con propósito, que no naciste por casualidad, sino que Dios diseñó para ti una vida abundante, para que la disfrutes tomado(a) de su mano.