"Dios envía una lluvia de sonrisas sobre tu vida, un manantial de perdón para vivir en feliz, un mar de bendiciones para compartirlas con otros, un río de paz para saciar tu sed y la nube de gloria para caminar seguro durante toda tu vida"

NO DEJES EL REDIL

Una ovejita traviesa va mirando distraída el hermoso paisaje; lleva un buen tiempo andando por el mismo camino, sin embargo hoy le llama la atención de manera singular. Ve a lo lejos los cerros enormes y misteriosos, los manantiales brillantes y las lindas mariposas volando de un lado a otro, y va naciendo en ella un enorme deseo de ir tras ellas; de dejar la manada a la cual ya se cansó de seguir y de ver todos los días. “allá a lo lejos- piensa-hay todo un mundo que desconozco”. Poco a poco va entusiasmándoles más la idea de ir a echar un vistazo y luego volver al redil.
Con la barriguita llena, y el deseo en la punta de la nariz, decide echar a correr lejos del alcance de la mirada del pastor, lejos de su cayado y de su vara.
Va corriendo, sintiéndose libre y feliz, embebida por aquella extraña libertad que nunca antes sintió. Ríe, olfatea y husmea por los lugares más recónditos.
Las horas pasan una tras otra y cansada de correr y juguetear, siente que el hambre empieza a hacerse presente con fuerza y, es entonces, en que se da cuenta que en aquel lugar no hay pastos, ni agua. Con terror se da cuenta que se alejó demasiado de la manada, que ya ni siquiera puede ver a ninguna de sus hermanas. Mira a todos lados, corre esperando encontrar algo conocido, pero no encuentra nada. Poco a poco el miedo la hace prisionera; y ello la hace desesperarse aún más. En su intento de buscar el camino correcto, cae por el barranco, y hubiese sido tal su ruina, de no haber estado aquel arbusto espinoso que atajó su caída al abismo. Llorosa, herida, hambrienta y a punto de morir, recuerda la calidez del aprisco, los apetitosos pastos y el agua cristalina que disfrutaba gracias a aquel amante pastor. Todo parecía indicar que su fin estaba cerca, sin embargo cuando las ramas del arbusto que la sostenían empezaban a romperse, vio acercarse a ella unas manos conocidas, manos que otras veces la acariciaron y le acercaron el alimento. Eran las manos del amante pastor que con extrema delicadeza, fue retirando su pequeño cuerpo y separando de él las espinas que la aprisionaban. Una vez libre, es tomada en sus brazos y conducida de vuelta al redil.
Los brazos del pastor son cálidos y confortables. Una vez en el redil, el pastor cura sus heridas con aceite y le ofrece el alimento que reconforta su alma y le renueva las fuerzas. Junto a sus hermanas, se acurruca a ellas y se siente querida y protegida. Todas aparecen frente a ella, hermosas, sanas y felices; mientras que ella aparece afeada, malherida, temblorosa.
Los seres humanos a veces somos cómo esta pequeña oveja, lo tenemos todo junto a nuestro Dios, sin embargo el mundo y sus deseos atrapan nuestra mirada y optamos por salir del cálido redil, para quedar expuesta a los peligros que terminarán por destruir nuestras vidas.
Amigo, no permitas que nada ni nadie te saque del redil, recuerda que con el amante Pastor lo tenemos todo y fuera de Él no tenemos nada; sin embargo si por diversas circunstancias hoy te encuentras fuera de él, recuerda que Dios siempre está allí para socorrerte, clama a Él y Él te socorrerá y no te dejará caer al barranco. (Lucas 15:4). Vuelve ahora que aún hay tiempo, vuelve al redil, al cálido aprisco donde siempre hay pan y el abrigo que tú necesitas.

1 comentario:

  1. Yanet, Dios te guarde. El mensaje de la ovejita estuvo maravilloso e impactante. Espero que sigas con la unción y la gracia que Jesucristo ha puesto en ti. Eres una excelente administradora de los dones preciosos que Dios te ha otorgado. Dios te bendiga mi hermana del alma.

    Héctor Paula

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Gracias por tu comentarios, me alienta a seguir adelante. Dios te bendiga.

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Este blog ha sido creado para compartir experiencias de vida que puedan mostrarnos, de manera más clara, las cosas buenas que llevamos dentro y que algunos hasta hoy desconocen.
Te invito a conocer juntos todo el potencial que Dios ha puesto en tus manos, te sorprenderá llegar a saber que eres una persona con propósito, que no naciste por casualidad, sino que Dios diseñó para ti una vida abundante, para que la disfrutes tomado(a) de su mano.