"Dios envía una lluvia de sonrisas sobre tu vida, un manantial de perdón para vivir en feliz, un mar de bendiciones para compartirlas con otros, un río de paz para saciar tu sed y la nube de gloria para caminar seguro durante toda tu vida"

TÓMATE EL JARABE

Muchas veces me he preguntado, ¿Por qué la gente no cree en el Señor Jesús? ¿Por qué les cuesta tanto entrar a la iglesia y empezar a vivir vidas transformadas? ¿Por qué son capaces de creer en los astros, las piedras, los cerros, los cuarzos, etc., pero no en Jesús ni en su santo evangelio? Sin embargo creo que la respuesta está en el testimonio que cada uno de nosotros, hijos de Dios, brindamos en frente del mundo.
Cuántas veces, desde algún púlpito, desde algún tabladillo en alguna plaza de ciudad; desde las emisoras de radio, desde la televisión, o desde nuestro puesto de verduras, hemos llamado a la gente a que acepte a Cristo como su Señor y Salvador, pero la respuesta, en muchos casos, ha sido un rotundo “no” ó “más adelante”, y es entonces cuando uno se pregunta ¿Por qué no? ¿Por qué para más adelante? ¿Qué es lo que tienen que esperar? Ahora creo saber la respuesta. Para ello pondré un sencillo ejemplo. Cuando una madre de familia se percata que uno de sus hijos está enfermo, ya sea porque lo escucha toser frecuentemente o siente que la temperatura de su cuerpo es excesiva, o por lo que fuera, lo primero que hace es llevarlo al médico; éste al examinar al niño enfermo, efectivamente diagnostica que tiene alguna dolencia, que el amor de madre no la engañaba, que hizo bien en atender los síntomas y acudir tempranamente ante el especialista. Éste como es de esperar, le recetará la medicina que aliviará su malestar. Sin embargo aquí es donde el niño puede mostrar su negación a tomar el medicamento, creyendo que su sabor es horrible, y puede que por ello se vea precisado a sugerir que sea la mami la que tome la primera cucharada. Ante ello la madre puede que acepte tal sugerencia, sin embargo al momento de sentir en su boca el amargo sabor del jarabe, puede que termine por expresar con su cara lo desagradable que es; con lo cual su niño, jamás de los jamases querrá siquiera oler el bendito jarabe, que aliviará sus dolencias.
Así sucede con la vida cristiana, somos nosotros esas “madres” que ven la necesidad de salvación en nuestros familiares, amigos y vecinos, le hablamos de Cristo, del Gran Médico que sanará su alma, le presentamos la medicina que tomada diariamente sanará sus dolencias; sin embargo, cuando toda aquella gente espera ver cómo nosotros disfrutamos del jarabe espiritual, esperando ver cómo nosotros disfrutamos de esa vida en abundancia de la que siempre solemos hablar, a veces sin conocer, será nuestro testimonio lo que, tal vez, les muestre una realidad totalmente diferente. Rostros desencajados, angustia ante el porvenir, amargura de corazón, es muchas veces lo que solemos mostrar al mundo; ante ello ¿Quién podrá experimentar un vivo deseo de acercarse a Dios, de congregar en alguna iglesia?
Somos nosotros la carta de presentación de nuestro Dios, somos los embajadores de un Dios de amor, pero, muchas veces, no solemos mostrar amor; de un Dios que cambia vidas, pero nuestras vidas siguen igual o peor. ¿Cómo vendrá el mundo ante los pies de Cristo, si la iglesia se muestra como una pobre viuda, triste y abandonada, que va por la vida pidiendo limosna?
Hermano, demostremos que Dios vive en nuestro corazón, que hay vida en nosotros, que seguir a Cristo es maravilloso; atrevámonos a beber con gusto del jarabe espiritual, para que el mundo vea que sí hay salvación para ellos, que sí hay sanidad para sus vidas, y que la vida de cada uno de nosotros es la muestra más fiel del cumplimiento de cada promesa de nuestro Dios.

1 comentario:

  1. ASI ES HERMANA TENEMOS QUE SER LUZ EN ESTE MUNDO
    CRISTO LA ESPERANZA DE GLORIA EN NOSOTROS
    DTB

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Gracias por tu comentarios, me alienta a seguir adelante. Dios te bendiga.

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Este blog ha sido creado para compartir experiencias de vida que puedan mostrarnos, de manera más clara, las cosas buenas que llevamos dentro y que algunos hasta hoy desconocen.
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