"Dios envía una lluvia de sonrisas sobre tu vida, un manantial de perdón para vivir en feliz, un mar de bendiciones para compartirlas con otros, un río de paz para saciar tu sed y la nube de gloria para caminar seguro durante toda tu vida"

DESAMARRA LOS PASADORES

Existe una parte de nuestro cuerpo a la que a veces tratamos con dureza, a la que a veces dejamos olvidada, relegada, ocultada, sea porque nos parece que es la peor parte de nuestra anatomía o porque simple y sencillamente es a la que menos importancia le damos. Me refiero a los pies. A aquellos que en tiempos de invierno enfundamos en acolchadas zapatillas, y en verano los obligamos a quedarse quietecitos y bien portados en angulosos zapatitos con punta de acero. Lo que, en muchos casos, ha generado que nuestros pies no luzcan bien, y lo que es peor, que se vayan formando sobre cada uno de los dedos, extrañas formas que no estuvieron allí años atrás.
Cuantas veces hemos obligado a nuestros pies a estar de pie por largas horas, mientras hacíamos la cola en algún banco, o simplemente mientras conversábamos con alguien interesante, a quien - claro esta - le mostrábamos la más amplia y natural de nuestras sonrisas; mientras que, allá abajo, nuestros pobres pies se retorcían y se estrujaban de dolor y cansancio, uno contra el otro.
O que tal cuando en alguna tienda, veíamos algún zapato y quedábamos prendadas de él, y por desgracia, casi siempre aquel era una talla menos de la que solíamos ser; era ése el momento en que empezaba la lucha de titanes, para determinar quién era el más fuerte, o ellos (nuestros pobres pies) o nosotras (nuestra vanagloria y terquedad) al final ya se sabía quien vencería. Una vez vencidos nuestros pies, salíamos jubilosas de la tienda con los zapatos puestos, sintiéndonos las cenicientas del cuento, cuando en realidad sólo éramos las malvadas hermanastras.
Y así poco a poco fuimos sometiendo a nuestros pies a todo tipo de calvarios, y ahora que el frío se empieza a sentir con más fuerza, nada mejor que someterlos a entrar, como sea, en nuestros zapatos de invierno, los cuales, por cierto, al no haberlos usado desde hacía meses, presentan una rigidez, poco agradable, a la que seguramente se irán acostumbrando nuestros pies, con el correr de las semanas.
Sin embargo, hoy es el día en que debemos desamarrar los pasadores y dejar a nuestros pies en libertad, dejarlos que sientan la humedad de la arena que baña el mar, dejarlos que corran libremente sobre la hierba del campo, o simplemente, dejarlos sentir el frescor de la mayólica de nuestra casa. Ello es justo y necesario, pues por mucho tiempo han sido maltratados, y no hemos hecho nada por evitarlo, todo lo contrario, hemos sido nosotras sus jueces y sus verdugos.
Y por extraño que parezca, el mismo trato que le damos a nuestros pies muchas veces se lo damos a nuestro corazón, al cual maltratamos obligándolo a entrar en relaciones amorosas que sólo lo lastiman, apretándolo sin piedad hasta hacerlo llorar por días. Muchas veces hemos olvidado que nuestro corazón es la parte más importante de nuestro ser. Desalmadamente lo hemos obligado a amar, cuando no es correspondido, lo hemos obligado a que albergue sentimientos de odio y de venganza, lo hemos ajustado al punto que hemos logrado que encaje en la vida de alguien que no lo ama. Cada cierto tiempo lo hemos obligado a aprenderse un nuevo libreto, a hacer de héroe o de villano, de príncipe o de mendigo.
Sin embargo al igual que con nuestros pies, es tiempo de darle un respiro; es tiempo de permitir que se tome unas merecidas vacaciones, es tiempo de “desamarrarle los pasadores” que lo atan a nuestros caprichos; a dejarlo transitar sin ser forzado a nada, sin ser obligado a tatuarse el nombre de cualquier desconocido que pase por nuestra vida.
La Biblia dice “sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida” (Proverbio 4:23).Hoy es un buen día para desamarrar los pasadores, y permitir que el corazón no sólo camine, sino vuele…quizás en otros aires pueda encontrar el verdadero hogar dónde pueda quedarse para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentarios, me alienta a seguir adelante. Dios te bendiga.

NATALICIO DE ESTE BLOG

Daisypath Anniversary tickers
Este blog ha sido creado para compartir experiencias de vida que puedan mostrarnos, de manera más clara, las cosas buenas que llevamos dentro y que algunos hasta hoy desconocen.
Te invito a conocer juntos todo el potencial que Dios ha puesto en tus manos, te sorprenderá llegar a saber que eres una persona con propósito, que no naciste por casualidad, sino que Dios diseñó para ti una vida abundante, para que la disfrutes tomado(a) de su mano.