¿HASTA CUÁNDO, SEÑOR?

Veo un hombre en la calle, que abraza con amor a una joven, que la sujeta de la cintura y le colma de atenciones.

Veo un hombre que corre por el parque respirando el aire fresco y el aroma que despiden la hierba y las flores a su alrededor.

Veo un niño llevado de la mano por un hombre, quien le acerca un caramelo, para después llevarlo en sus brazos, en la puerta de su casa.

Veo una mujer abrazando a su hija, colmándola de besos y caricias

Veo dos adolescentes con sus uniformes escolares, caminando presurosos para llegar a su clase, para aprender y ser mejores personas en el futuro.

Y al ver todo ello, mi corazón se llena de alegría, más el Señor me dice: “hija, mira bien, no todo es como parece”, y al instante vuelvo a mirar, y me doy cuenta que el hombre que abraza a aquella mujer, que se desvive de atenciones para con ella,  tiene una esposa y unos hijos que lo esperan en el hogar desde hace horas.

El hombre que corría por el parque no disfrutaba del paisaje, ni mucho del aroma de las flores, sino que huía tras haber arrebatado la cartera a una anciana que nada pudo hacer para evitar el asalto.

El niño que camina con el hombre junto a él, es un niño que hoy sufrirá, llorará, porque el hombre a su lado no es su padre, sino alguien cuya mente esta viciada y que hoy conduce al niño lejos de la mirada de sus padres, quienes  tal vez tarde se lleguen a enterar del daño a su pequeño.
La mujer que abrazaba a su hija, hoy había decidido abandonar el hogar  dejando a su pequeña y al padre de esta, pues estaba decidida a vivir su vida con otra persona, con quien tendría otros hijos, y nunca más se acordaría de ésta que hoy dejaba llorando en la puerta de su casa.
Y los jóvenes que aparentemente caminaban raudos a su centro educativo, iban camino a un lugar muy distinto, donde las sombras de una habitación marcarían sus vidas para siempre, llevándolos a experimentar situaciones a las que no estaban preparados.
Al ver todo ello, lloré amargamente y pregunté:"¿hasta cuándo Señor?" Y el Señor me respondió: “Hasta que mi iglesia despierte y hable con denuedo acerca de la única verdad que puede cambiar sus vidas…hasta entonces el mundo seguirá camino a la destrucción"
Amigo lector, es tiempo de empezar a trabajar en esta Gran Comisión, el mundo es el lugar perfecto para empezar. “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”. (Lucas 10:2)