

ya no se no vio más como seres poco menos de incivilizados. Quizás, aún recordamos, la primera vez que tuvimos uno se esos celulares en nuestras manos; tal vez recordamos que, por su enorme tamaño, ocultarlo en el bolsillo, resultaba casi imposible.
Hoy, empero, son otros tiempos, sin embargo la comunicación, que duda cabe, sigue siendo una necesidad en el ser humano, y porque no decirlo resulta incluso un medio de supervivencia, es por ello que las promociones para la compra de tarjetas para celulares son el pan de cada día; “duplica” “triplica” te dicen, y ellos saben bien su negocio, pues nadie quiere dejar de comunicarse. Siendo esto así, por más moderno, costoso, llamativo y novedoso que sea el celular que tengamos, si no cuenta con crédito, es decir, si no nos permite comunicarnos, no servirá de nada.
Hoy en día, tal vez existen personas con las que ya no te comunicas, a las que tal vez dejaste relegadas a lo largo de tu vida; personas que una vez quizás fueron tus amigos, que compartieron contigo parte de su vida, pero que hoy aparecen desteñidos en tus olvidadizos recuerdos. No seas ingrato(a) con ella, ¡llámalos!, dales tú la sorpresa de saber de ti, vuelve a remendar la amistad que un día tuviste. Tal vez esa persona hoy te está esperando. Sin embargo yo conozco de otra persona que te extraña muchísimo, y esa persona es Dios. Tal vez desde tu niñez o adolescencia dejaste a Dios esperando al otro lado del teléfono, y alí ha permanecido esperando que levantes el “fono” y puedas hablar con Él.
Corremos, muchas veces, a contestar otras llamadas que no siempre edifican nuestras vidas, y que a veces nos dejan llorando por días ¿Por qué mejor no correr al llamado de Dios? pues sin duda, detrás del hilo telefónico, solamente buenas noticias, siempre habrás de escuchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentarios, me alienta a seguir adelante. Dios te bendiga.