"Dios envía una lluvia de sonrisas sobre tu vida, un manantial de perdón para vivir en feliz, un mar de bendiciones para compartirlas con otros, un río de paz para saciar tu sed y la nube de gloria para caminar seguro durante toda tu vida"

MIRA LO QUE TIENES EN TUS MANOS

“¡Señor, nada tengo aquí en mi casa ni en mi vida, que pueda darte hoy!”, esta es, casi siempre, la oración del creyente sin fe, “nada tengo”, y “nada soy”, son sólo modos de excusarnos frente al requerimiento de nuestro Dios. Muchas veces solemos decirle: “Sólo soy una pobre mujer” “Sólo soy un pobre hombre” “No tengo ningún don ni talento” “soy muy inferior a otros” "mejor usa a otra persona". La Biblia nos habla de una viuda pobre que dijo algo muy parecido, cuando fue confrontada en su fe: “Sólo tengo un puñado de harina y una pequeña vasija de aceite, ¿De qué te servirán Señor?, déjame tomarlos y hacer con ellos mi última cena, y luego déjame, entonces, morir en paz”. (2a Reyes 4:2).
¡Cuántos cristianos miran sus manos, revisan sus bolsillos y no hallan nada que valga la pena ofrecer al Señor! Pero, nuestro Dios, vuelve a mirarlos, y con dulce ternura, les dice: “Veo en tus manos tu juventud, o tus muchos años", "veo tus capacidades aún no desarrolladas", "veo tu valentía aunque hoy te sientas temeroso". Hoy, querido amigo,  Dios te dice: “veo en tus manos restos de harina, y algo de aceite, y ambos son suficiente para mí”.
Y es que nuestro Dios, puede crear cualquier cosa de la nada, y llamar a las cosas que no son, como si fuesen; puede llamar a la muerte: “vida” y a la escasez: “abundancia”; sólo hace falta un corazón de fe, para producir el milagro. ¿Habrá en tu corazón, amigo lector, esa fe que busca Dios? o ¿Serás tú el que diga: “no tengo nada”, aún teniéndolo todo?; ¿Será nada ese poco de harina y ese poco de aceite, que Dios ve, ahora, en tus manos?; no sabes, acaso, que una simple chispa puede incendiar un bosque, que una simple semilla puede producir un inmenso árbol, que un poco de harina y un poco de aceite pueden convertirse en tu generosa provisión durante todo el tiempo que dure la sequía, mientras que allá afuera el hambre consuma a otros; y el sol queme hasta las raíces de las plantas, y no se vislumbre una gota de lluvia.
Un poco de harina y un poco de aceite, pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte, y esta última, no entrará en tu casa, mientras mantengas tu fe en Dios; mientas no vuelvas a lamentarte diciendo: “nada tengo”. Porque déjame decirte, que eres un alma afortunada, que lo tenía todo, pero que no se daba cuenta; que era rica, pero se creía pobre; que pasaba hambre, teniendo en casa la preciosa promesa de parte de Dios, y una mesa servida dispuesta a brindarle vida en vez de muerte, saciedad en lugar de escasez.

1 comentario:

  1. Que linda nota hermana Janet
    justo ahora me siento como esa viuda sabes
    y hago chistes a cerca de eso.jaja
    acuerdate de mi e tus oraciones po fa
    te quiero gradecer por la ayuda que me has prestado para el blog
    un fuerte abrazo

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentarios, me alienta a seguir adelante. Dios te bendiga.

NATALICIO DE ESTE BLOG

Daisypath Anniversary tickers
Este blog ha sido creado para compartir experiencias de vida que puedan mostrarnos, de manera más clara, las cosas buenas que llevamos dentro y que algunos hasta hoy desconocen.
Te invito a conocer juntos todo el potencial que Dios ha puesto en tus manos, te sorprenderá llegar a saber que eres una persona con propósito, que no naciste por casualidad, sino que Dios diseñó para ti una vida abundante, para que la disfrutes tomado(a) de su mano.