Se le busca, pero a muchos les es difícil encontrarlo, pues pretenden hacerlo con los ojos vendados. Lo han buscado en cantinas donde no sólo abunda el licor, sino las historias de vidas hundidas en el olvido. Lo han buscado en un sin número de fiestas, donde la música ensordece los sentidos, pero no acalla la tristeza. Lo han buscado hasta altas horas de la madrugada, arrastrándose por las calles con los zapatos en la mano y el corazón apretadito a la desesperanza. Lo han buscado en sitios donde destruyen el alma con sólo inhalar su maligno olor. Lo han buscado en medio de tristes canciones, donde la melancolía les cortó las venas e hizo morir sus sueños de a pocos. Lo han buscado en hoteles de paso, en medio de la oscuridad de la noche, donde se mezcló el arrebato y la enorme necesidad de amor. Lo han buscado en miles de películas, donde la ficción jamás superará su hermosa realidad. Lo han buscado entre fardos de dinero, donde todo se compra y todo se vende, menos Él. Lo han buscado en lo alto de la montaña, donde la voz se escucha dos veces, pero el silencio jamás murió...
Lo han buscado, sin encontrarlo aún, porque lo buscaron en lugares equivocados. No estaba en la cantina porque Él es el mejor vino embriagador. No estaba en las fiestas, porque se encontraba preparando una gran boda y una luna de miel, que durará mil años. No estaba en las calles, porque Él tiene un lugar donde habitar. No estaba en medio de las canciones tristes, porque nunca hay tristeza junto a Él. No estaba en hoteles de paso, porque el amor que Él sabe entregar es para siempre. No estaba en las películas, porque nadie podría filmarlo en toda su inmensidad. No estaba en el dinero, porque Él es dueño de todo. No estaba en la montaña, porque tenía la montaña aprisionada entre sus manos.
Dios no estaba en aquellos lugares, no estaba tan lejos, siempre estuvo a nuestro lado, esperando a que volteáramos nuestro rostro y nos encontráramos con el suyo, pero nosotros insistimos una y otra vez en mirar para el otro lado.
Hoy mismo Dios está junto a ti. No mires más allá, no salgas de tu lecho tibio para buscarlo, Él está a tu lado velando tu sueño.
Duerme tranquilo(a) que Dios no se ha ido. Si Él dijo que estaría con nosotros hasta el fin, con seguridad cumplirá su promesa.
Dios no estaba en aquellos lugares, no estaba tan lejos, siempre estuvo a nuestro lado, esperando a que volteáramos nuestro rostro y nos encontráramos con el suyo, pero nosotros insistimos una y otra vez en mirar para el otro lado.
Hoy mismo Dios está junto a ti. No mires más allá, no salgas de tu lecho tibio para buscarlo, Él está a tu lado velando tu sueño.
Duerme tranquilo(a) que Dios no se ha ido. Si Él dijo que estaría con nosotros hasta el fin, con seguridad cumplirá su promesa.
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