Cuantas veces te has enojado en los últimos tres días, seguramente varias veces. El enojo es como la mordedura de la más mortal de las serpientes. Una serpiente primero te muerde y te hace sentir mucho dolor. Al clavarte los colmillos te va trasmitiendo su veneno mortal, el mismo que rápidamente se va extendiendo hacia todo el cuerpo. En poco tiempo el veneno habrá dañando todo a su paso, hasta que finalmente terminará por conducir a la muerte a quien hay sufrido su mordedura.
La cólera es similar, empieza con un mal entendido, una palabra mal dicha, un grito desaforado, una mirada de indiferencia, lo cual dejará marcado en el corazón los colmillos de la ira. Poco a poco la cólera se ira expandiendo por todo el ser, nublará los sentidos, y no se pensará con cordura, cegará la razón imposibilitando entender la situación conflictiva; incrementará exageradamente el volumen de la voz, tornándose en ásperos gritos cargados de furia; los miembros del cuerpo empezarán actuar por sí mismos, lastimando, dañando;
las palabras fluirán sin control, en muchos casos, cargadas de ofensas y reclamos; las lágrimas brotarán desmedidamente, la visión se tornará borrosa, impidiendo ver la salida del problema que conduzca a la calma; mientras que una sensación de impotencia y rencor terminará por conducir el “veneno” hacia nuestro corazón; una vez allí, éste quedará dañado, envenenando así nuestra vida entera.
Amigo lector, no podemos evitar sentir fastidio o enojo por algunas circunstancias que sucedan en nuestra vida; sin embargo, debemos evitar que la ira nos dominé hasta el punto que nos lleve a cometer actos o ha proferir palabras que luego no puedan ser borradas. La Biblia dice en Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”. Lo que significa que no podemos permitir que nuestro enojo dure por siempre, ni mucho menos que por causa de él otra persona sea dañada.
Si en algún momento sientes ira en tu corazón contra alguien, trata de evitar el enfrentamiento, o de salir a buscar a esa persona; espera que el furor decaiga, y sólo entonces ponte a cuentas con ella, pues así no sólo te ayudarás a ti mismo, sino que tu ejemplo bendeciráS a quienes te rodeen.
Amigo lector, no podemos evitar sentir fastidio o enojo por algunas circunstancias que sucedan en nuestra vida; sin embargo, debemos evitar que la ira nos dominé hasta el punto que nos lleve a cometer actos o ha proferir palabras que luego no puedan ser borradas. La Biblia dice en Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”. Lo que significa que no podemos permitir que nuestro enojo dure por siempre, ni mucho menos que por causa de él otra persona sea dañada.
Si en algún momento sientes ira en tu corazón contra alguien, trata de evitar el enfrentamiento, o de salir a buscar a esa persona; espera que el furor decaiga, y sólo entonces ponte a cuentas con ella, pues así no sólo te ayudarás a ti mismo, sino que tu ejemplo bendeciráS a quienes te rodeen.
Tremendo el comentario y la interpretacion, bendiciones.
ResponderEliminarEs igual los que les pasa a tdos a veces sufrimos algunos arrebatos aun de las personas que amamos, pues piensan que un rato de colera (indignacion justificada) despues tiempo muy largo, dicen que no hemos cambiado y eso duele.
Pues a veces ponen hasta nuestro liderazgo en tela de juicio pero ruego a Dios me pueda ayudar ser cada dia mejor y me perdone pues quizas y lo recibo asi del Señor yo soy el unico culpable.
Dios les Bendiga