Cuando vamos al médico por lo general es porque sentimos alguna dolencia, o suponemos que la tenemos. La falta de apetito puede ser una señal para preocuparse, la imposibilidad de tomar los alimentos, el sentir que algo no anda bien en nuestro organismo es suficiente para recurrir al hospital o clínica más cercana. Una vez allí, siempre nos ordenan realizarnos una serie de análisis y estudios para poder darnos un diagnóstico certero. Algunos médicos también recomiendan el tomarnos alguna radiografía para determinar a ciencia cierta cuál es el problema; y son muchos los casos en que ni los análisis ni las evaluaciones han sido más certeros que una simple radiografía; ello debe ser porque la radiografía nos muestra al detalle, el estado interno de nuestro cuerpo. Es allí dónde pueden aparecer objetos que sin darnos cuenta hemos tragado y que impiden el normal desarrollo de nuestra vida. En lo espiritual sucede lo mismo, muchas veces solemos tener falta de apetito por la Palabra de Dios, lo cual baja nuestras defensas espirituales, nos debilita, nos vuelve vulnerables delante del enemigo, y ello puede deberse a diversos factores. Es en esos momentos en que debemos acudir al hospital más cercano, es decir, a nuestra iglesia, donde encontraremos al Médico de médicos, a Jesucristo quien hará una evaluación minuciosa de nuestra vida espiritual, y con sus ojos de amor escudriñará en lo profundo de nuestro ser, donde se mostrará el porque de nuestra debilidad espiritual. Amigo lector, de nada vale el sentarnos en nuestras casas viendo como la vida se nos va, viendo como los problemas agobian día tras día, viendo como nos debilitamos ante nuestra negación de probar el alimento espiritual; no podemos automedicarnos, no nos corresponde a nosotros hacer el trabajo de Dios, nuestro deber, ante la concurrencia de los síntomas, es acudir a nuestro Dios, quien tomará la radiografía espiritual y encontrará el problema, nos dará el medicamento que alivie nuestros males y nos cuidará como a la niña de sus ojos en nuestra convalecencia.
Dile hoy a Dios: “Señor, mira dentro de mi, examina en lo profundo de mi corazón y ve que hay de malo en mi, limpia lo que tengas que limpiar, sana lo que tengas que sanar, mi Médico eres Tú, y en tus manos, estoy más que seguro(a) y protegido(a) contra el maligno. Amén”
Dile hoy a Dios: “Señor, mira dentro de mi, examina en lo profundo de mi corazón y ve que hay de malo en mi, limpia lo que tengas que limpiar, sana lo que tengas que sanar, mi Médico eres Tú, y en tus manos, estoy más que seguro(a) y protegido(a) contra el maligno. Amén”
de Maturín con mucho cariño para ustedes, Dios los bendiga por todos esos comentarios q ayudan a sanar el alma y el corazon de Yenie Marquéz
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